- La verdad es que no quiero marcharme - dice Mari.
- ¿A China?
- Sí.
- ¿Y por qué?
- Porque tengo miedo.
- Es normal que lo tengas. Te vas sola, lejos, a un lugar desconocido -dice Takahashi.
- Ya.
- Pero saldrás adelante. Todo irá bien. Y yo estaré aquí, esperando a que vuelvas.
Mari asiente.
Takahashi dice:
- Eres muy bonita. ¿Lo sabías?
Mari levanta la cabeza y mira fijamente a Takahashi. Luego, retira la mano y la mete en el bolsillo de la cazadora. Se mira los pies. Se cerciora de que las zapatillas de deporte color amarillo estén limpias.
- Gracias. Pero, ahora, quiero volver a casa.
- Te escribiré -dice Takahashi-. Unas cartas tan exageradamente largas como las que salen en las novelas antiguas.
- De acuerdo -dice Mari.
H.Murakami
After Dark